sábado, junio 18, 2005

Que tan compasivos somos en realidad.

Respecto a la naturaleza humana mares de tinta han sido ya vertidos, que el hombre es el lobo del hombre, que el hombre nace bueno pero es la sociedad el que lo corrompe y una interminable lista.

Muchas veces me he preguntado ¿Cuál será la versión correcta? Y cuando veo a las personas, a veces pienso que vivimos en una especie de “bondad aparente”. Me sorprende de sobremanera la necesidad de las personas de mirarse, sentir y tener la imagen de “bueno”, especialmente esta última. Si sucede un hecho digamos repudiable y que tiene la suficiente publicidad y trascendencia, todos corren poniéndose el gorro moralista y sacan sus mejores discursos sensibleros y podría apostar –y probablemente ganar- que a la gran mayoría este hecho no le afecta en lo mas mínimo, pero eso sí todos tienen que repudiarlo y hacer gala de su compasión, sensibilidad y bondad.

Desde luego que todo esto es por el gran condicionamiento que poseemos, un rígido esquema de lo que tiene que ser bueno y malo. Un esquema forjado a base de temor, repudio y rechazo. Claro todo esto se debe a la enorme influencia religiosa que tenemos, que es experta en regir conductas a base de temor.

Pero tratando de no desviarme demasiado del tema principal, ¿Cómo somos los seres humanos realmente? ¿Qué tiene de especial el poder que logra corromper de esa manera el espíritu? ¿O es que ese espíritu ya estaba corrompido? Es que a veces me parece sorprendente que existan esos seres capaces de actos de bondad y compasión impresionantes como por ejemplo la madre teresa de Calcuta y que al mismo tiempo existan seres capaces de causar muerte y sufrimiento.

¿Será que no soy capaz de entender el razonamiento de estos seres tildados por la historia de “tiranos y villanos”? Lo que más me ha llamado la atención es que estudiando la historia de estos personajes y conociendo sus motivaciones, realmente en sus pensamientos no estaba el “hacer el mal porque si” o que su objetivo era causar dolor y muerte. Es increíble también como buscando el “bien” se puede hacer mucho daño.

Personalmente me niego a dar una definición única de la humanidad, tildándola de “buena, mala”, es tanta su diversidad que las palabras serían insuficientes para clasificar y definirla. Lo único que sí puedo decir, es que la gran mayoría de las personas no son lo que aparentan ser.

Y cada vez me sorprendo más de la importancia o lo significativo, que es para el desarrollo de la personalidad de una persona, cada experiencia, la influencia familiar. Como puede ser la diferencia en que el “resultado” sea “un tirano o un santo”. También de cómo la sociedad, el Estado, etc. nos va encausando, nos dice como ser, como sentir, desde la educación básica nos van forjando como pequeños peoncitos que debemos contribuir para el gran sistema, para la generalidad, nos vamos olvidando de la individualidad, tapando lo diferente, eliminándolo si es posible.

Estos días me he estado cuestionando mucho esto, gracias a dos “artículos” que leí:
-Uno era de un periódico mexicano que me gusta leer, llamado La Jornada: Este en particular, presentaba el planteamiento de que es peor ser Indiferente que malo, cosa que yo siempre he creído al revés pero que fue el detonante de este mi cuestionamiento divagatorio del día de hoy. Siempre me he considerado “indiferente”, ¿seré peor que mala? El artículo básicamente decía, que el malo venía de un sentimiento, una creencia, una postura; por lo que podía ser cambiado, en pocas palabras todavía había esperanza para ese individuo. En cambio el indiferente era diferente, era un ser distante, desinteresado. Jajaja No tengo esperanzas!!!. Pero, analizando a las personas, viendo reacciones, he llegado a la conclusión que al menos el 70% de los que se desgarran las vestiduras por un hecho “x” simplemente lo hacen por postura, por apariencias, pura hipocresía, pero en realidad les da exactamente lo mismo. Como el que a la salida de la Iglesia le da una moneda a un “pordiosero” porque la gente lo ve, pero que si no lo ven los trata mal. ¿Qué será lo terrible de decir “no me importa, no me afecta”? Es como que si necesariamente tenemos que funcionar por ese sistema de: Presenciamos/leemo un hecho triste/una injusticia, etc. nos tenemos que poner en el [sensitivo mode on].

-El otro fue una página web extremadamente paranoide pero que decía cosas MUY interesantes, la que llegó a mis manitas gracias a Don Benengeli. Dejo el link, es larga pero vale la pena echarle la ojeada .
http://perso.wanadoo.fr/metasystems/ES/SilentWeapons.html La cual habla de la facilidad con la que nuestras vidas pueden ser manipuladas, dirigidas, limitadas y controladas por esas personas poseedoras del “poder”. Y todo esto gracias a nuestras propias falencias, nuestro temor a tomar las responsabilidades por nosotros mismos, la necesidad de seguridad y protección y etc. Claro esta es la escena donde salta Don B. y me dice que la página en cuestión hablaba de muchísimo más :P

Como dije, esos dos artículos me han dejado pensando muchísimo, sin mencionar que me propuse complicarme la existencia leyendo a Don Descartes. Así que estoy bastante existencialista estos días :P