martes, junio 24, 2008

Indiferencia

Siempre he pensado que el miedo es la emoción que si no mueve al mundo xD es el sentimiento que mas mueve a las personas.

Hoy estaba pensando en la indiferencia como "muletilla" para enfrentar el miedo. Por ejemplo ante una situación del tipo "quiero lograr algo, tengo que trabajar para conseguirlo pero le temo al fracaso y/o sus consecuencias" muchas personas quedan paralizadas mientras observan su "sueño" marcharse mientras se dicen "igual y no lo hubiera conseguido". Hay otro tipo de personas que igualmente sienten el miedo al fracaso pero lo intentan con actitud "indiferencia": lo hago por compromiso, me da igual el resultado, de todos modos no lo voy a lograr.

Es una actitud en extremo interesante (de observar), y curiosa porque alguien hace algo para lograr algo que desea pensando "no lo voy a lograr" ¿cómo va a tener éxito de esa manera?, si lo consigue ¿de que manera lo disfrutará? Siempre me imagino como cuando una persona se está ejercitando y quiere hacer un tramo de x distancia y mientras corre piensa "no lo lograré, no lo lograré" lo mas seguro es que antes de terminar su meta se detenga. ¿hasta que punto es actitud y hasta que punto esto logra menguar de cierta manera la capacidad de una persona?

Si es una simple pose para el mundo, porque uy no quiero enfrentar consecuencias de un posible fracaso me pondré la máscara de "en realidad no me importa lograr esto" supongo, que el efecto será inferior a si es una muletilla interna, si piensas en "no lo lograré por lo tanto no me entusiasmaré demasiado con esto", creo que ese es el lado mas "peligroso" de la indiferencia porque tu mismo te pones la etiqueta de perdedor.

Hay casos en los que es precisamente la pose de indiferente la que hace que la persona pierda lo que desea como en el caso de cuando se trata de cosas sentimentales, actúa de determinada manera con el objeto de su afecto y al final termina siendo rechazado, odiado.

A veces no es tanto miedo al fracaso, es simple orgullo: no quiero que esta persona sienta lastima de mi, que sepa que me siento mal. Es un ejercicio interesante (especialmente para patear el ego cuando este se nos eleva demasiado) contarle a un cercano de nuestros fracasos y de la frustración/decepción que sentimos en ese momento.