sábado, julio 16, 2005

Pérdida.

Estar en un lugar que no quería estar, con gente a la que no quería ver, chistes de los cuales no quería reírme, música que no me dice nada, bebidas que sólo sirven para engañar mi mente y mi cuerpo, afectos que no se me apetecía corresponder…Y una negra nube de humo que se confunde con mi presente.


Me extraño. Siento como que en este ultimo tiempo hubiese cambiado de piel, dejando todas esas cosas que me encantaban de mi, que me hacían tan feliz, las perdí en el camino. Permití que se quedara en el olvido, en la inercia, en la vacilación, en la pereza y el miedo. Siento como que de alguna manera hubiese perdido el rumbo, mi camino.

Hoy me recordé, y todas esas cosas que pensaba, las ocurrencias que tenía, mi forma de reír, soñar, hablar, pensar, amar y sobre todo, mi forma de luchar con todas mis fuerzas, sin importar que el mundo me susurrara al oído que no lo lograría, porque era testaruda, apasionada, alegre y amaba la vida con la misma intensidad con la que la odiaba por no quedarse tal cual.

Y por mas que la busco no la encuentro, por más que la llamo no aparece. ¿No escuchará mi grito en el silencio? ¿Cómo hacer para que vuelva a mí? No encuentro manera de recuperarla y temo que no volverá. ¿Podré mutar de nuevo? ¿Será esto pasajero? ¿Será esta LA oportunidad para escapar de esta piel, que me daña, que marchita mis sueños y deseos?

viernes, julio 15, 2005

Tú.

Podría decirte que el tiempo cura todas las heridas.
Podría decirte que lograré olvidarte.
Podría jurarte que algún día volveré a amar con mayor intensidad.
Podría mentirte y decirte que todo esta bien.
Podría engañarme y aceptar a otro que no seas tú.


Podría hacer tantas cosas excepto, excepto aquello que realmente deseo. Y el tiempo pasa y nos volvemos dos extraños, los que antes se conocían tanto y se decían todo, los que se necesitaban y se buscaban en cada instante, de los que ahora ya no queda nada, solo recuerdos de un pasado triste y confuso, de una gran amistad que se perdió por culpa del amor.

El tiempo que no perdona continúa su camino, hasta que llega el día del encuentro… Y el tiempo se detiene, nos invade ese silencio que grita todas esas cosas que preferimos callar, las preguntas que nunca nos haremos, la mirada que me lo dice todo y lo pregunta todo. Y me estorba su compañía, me gustaría que fueras tú, el que esta ahora a mi lado. Y empiezo a odiarte. Y pretendes que este eterno segundo solo sea tuyo, que nada más importe, el tiempo, los compromisos, los amigos, su presencia. Porque tú lo dejas todo, para robar otro segundo de esta historia que hace mucho acabo.

lunes, julio 11, 2005

Cuando la razón no es suficiente.

Una de las cosas mas “simpáticas” que me han dicho, y justo mi mejor amigo, una de las personas que mejor me conoce, es que “mis palabras se las lleva el viento”. Y eso es, porque soy una excelente “aconsejadora”, mis razonamientos son súper fumados y soy la experta en el “resuelva su vida en los siguientes pasos”. Pero cuando llegamos a la parte de la actuación, de MI actuación todas esas cosas se van de paseo. Incluso en una de esas indirectas tan propias de él, pero tan asertivas, me dijo "hey esa canción me recuerda a ti" mientras sonaba en la radio "a cara o cruz de Ricardo Arjona", y mientras le lanzaba la típica mirada asesina que surge cuando alguien nos dice una de esas “verdades molestas” pensaba: desgraciado, tiene razón

No sé porque será tan difícil, el simple acto de tomar una decisión y apegarte a ella. ¿Por qué cuesta tanto emprender un proyecto que tienes que hacer? O sencillamente hacer lo más adecuado, correcto, lógico, saludable.Cuando la razón no es suficiente, cuando la lógica y la cordura se pelean con nuestras emociones. Justo cuando sabemos exactamente cual es la solución “mágica” a nuestros problemas…Nuestras emociones, pereza y nuestros temores llegan a complicarnos la existencia. Y parecería que su única misión es minar nuestros propósitos, proyectos, tranquilidad y felicidad. Siempre he dicho que las cosas no son complicadas, somos nosotros mismos los que vivimos empeñados en complicarnos la existencia. Pero ¿a que se debe esta “bendita” costumbre? Se deberá seguramente a los elementos que acabo de mencionar: El miedo, la flojera y a un elemento que dejaré como “indefinible”.

*El miedo: ¿miedo a qué? Miedo a cambiar. Este elemento es el que más afecta a las personas y a mi persona. El temor a perder esa bendita seguridad, la seguridad de lo ya conocido, acostumbrado y monótono, muchas veces hace que fracasemos en nuestros proyectos, que no vayamos a muchos lugares y que nos quedemos en el mismo lugar, molestos por haber fracasado una vez mas. Incluso, esta el temor a el éxito o como dicen algunos “el miedo a la felicidad”, creo que es una de las cosas mas complicadas de entender. Toda persona que tenga una lógica normal, pensará ¿pero por qué se le va a tener miedo a lograr las metas, a la felicidad? Sí, suena súper incoherente, pero esto es porque por regla general las personas idealizamos los resultados, el futuro. Cuando cumpla mi cometido seré feliz, pero el problema es, que la realidad dista mucho de nuestra “idealización” lo que nos hace sentir frustrados. Y es por lo que nos quedamos “luchando” por una meta pero sin realmente conseguirla para así continuar alimentando esa fantasía.

*La flojera: En mi humilde opinión, el miedo es el sentimiento y la flojera es el reflejo o resultado de ese sentimiento. Por ejemplo tenemos que hacer un trabajo determinado, o que estamos en parciales –exámenes- y tenemos una materia muy importante ya sea porque es la última o porque le tenemos un poco de miedo (porque el catedrático tiene fama de quebrador o lo que sea) y la fecha se acerca y se acerca, el tiempo pasa y pasa y nosotros nos enfrascamos en cualquier tipo de actividad menos en la que deberíamos o la que sería más lógica: Ponernos a estudiar de una buena vez, y la fecha se acorta y nosotros nos preocupamos aún mas. Siempre he comparado este tipo de situaciones como si nosotros estuviésemos parados en medio de la calle y viéramos un camión que se dirige hacia nosotros a toda velocidad, se acerca, se acerca y nosotros paralizados no nos movemos. Es como si el miedo nos atara y nos impidiera seguir lo que la razón u la lógica nos dicta.La flojera, tiene muchas formas de manifestarse. No necesariamente ponernos el “gorro” de flojonazos e irresponsables, muchas veces se disfraza de desinterés y empezamos a bajarle la importancia al asunto y le empezamos a dar largas y largas, acá es donde entran todas las herramientas del auto-engaño y la racionalización.

*El elemento indefinible: No es que sea indefinible, en realidad no lo he querido limitar, deseo dejarlo un poco amplio. Esto, se explica de la siguiente manera: Cuando nosotros “debemos hacer algo relativamente importante”, lo que pasa el 99.99999999999% de las ocasiones es que tenemos siempre al lado alguien presionándonos en que nos pongamos a trabajar. Es el elemento “externo” de la situación, a veces nuestros padres que nos preguntan cada medio minuto, por ejemplo qué tal vamos con el trabajo aquel que teníamos que hacer, o si ya empezamos a estudiar por el examen. O son otras personas que nos preguntan por ejemplo lo típico ¿Y al fin ya saliste de la universidad? ¿Qué carrera vas a estudiar?, y un largo etc.Es la presión externa del caso, y lo que hace es causarnos más estrés, y en vez de echarnos la mano es como si nos ataran y nunca pudiésemos dar ese paso.
Este elemento “indefinible” es la presión externa pero entra el “efecto” que nos causa, generalmente cuando nos sentimos presionados u obligados lo que hacemos es cerrarnos mas. Como cuando se nos apura a hacer alguna actividad, lo hacemos más lento. Es una reacción bastante normal y una forma –falsa- de encausar la energía o la confusión que sentimos. Es súper raro como en vez de ser ese empujoncito externo una ayuda es en realidad una traba mas en nuestro camino. En vez de escuchar consejo nos cerramos más y nos sentimos doblemente molestos. Molestos porque se nos presione y molestos porque en el fondo tienen razón.

¿Cómo sobrellevar estas situaciones “cerebro versus emociones”? Momentos en los que nuestro cerebro se encuentra como atascado y es incapaz de ponernos en marcha. Ni idea, yo he aprendido, como todo en mi vida que darme cuenta de lo que siento y por qué lo siento es algo especialmente liberador y útil. El poder identificar cada uno de nuestros traspiés no es suficiente, es necesario analizar con lupa de forma honesta la situación, lo que sentimos y ver sí realmente la situación es complicada y nos sobrepasa, o somos nosotros mismos los que la estamos complicando. ¿Por qué? Porque la mayoría de casos, es esta última. Y una vez que aprendemos a identificar nuestros auto sabotajes podemos, finalmente lograr esas metas que tanto deseamos, debemos realizar, etc.