viernes, julio 15, 2005

Tú.

Podría decirte que el tiempo cura todas las heridas.
Podría decirte que lograré olvidarte.
Podría jurarte que algún día volveré a amar con mayor intensidad.
Podría mentirte y decirte que todo esta bien.
Podría engañarme y aceptar a otro que no seas tú.


Podría hacer tantas cosas excepto, excepto aquello que realmente deseo. Y el tiempo pasa y nos volvemos dos extraños, los que antes se conocían tanto y se decían todo, los que se necesitaban y se buscaban en cada instante, de los que ahora ya no queda nada, solo recuerdos de un pasado triste y confuso, de una gran amistad que se perdió por culpa del amor.

El tiempo que no perdona continúa su camino, hasta que llega el día del encuentro… Y el tiempo se detiene, nos invade ese silencio que grita todas esas cosas que preferimos callar, las preguntas que nunca nos haremos, la mirada que me lo dice todo y lo pregunta todo. Y me estorba su compañía, me gustaría que fueras tú, el que esta ahora a mi lado. Y empiezo a odiarte. Y pretendes que este eterno segundo solo sea tuyo, que nada más importe, el tiempo, los compromisos, los amigos, su presencia. Porque tú lo dejas todo, para robar otro segundo de esta historia que hace mucho acabo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga Andromeda, escribes muy lindo, te invito a visitar 3 webs de literatura:
http://www.letrasdechile.cl
http://www.escritores.cl
http://www.loscuentos.net

Anónimo dijo...

¡Hola, amiga Andromeda¡ Gracias por acordarte de mi, en el posteo:

"También pienso en cierto personaje genial que posteó en mi blog (nop, no hablo de titogonzalez)".

Que Dios te bendiga.