miércoles, abril 11, 2007

Muerte.

¿Qué necesito hacer para que me perdones?
¿Para que olvides lo malo que fui contigo, todas esas veces que te falle, todos los recuerdos amargos y el resentimiento que guardas en mi contra?
¿ Qué debo hacer me veas con otros ojos, como el ser que nunca supe ser?
¿Que debo hacer para que me des una oportunidad y
volvamos a empezar?

Morir

Cuando mueres... no eres aquella madre hiriente, no eres aquel amigo ausente
que nunca supo comprenderle.
Cuando mueres... guardan una mejor versión de ti. Y te dan
esa oportunidad que en vida nunca si quiera analizaron.
Cuando mueres...Ven lo poco o mucho de bueno
que había en ti, tal vez un poco más de la cuenta.


Un precio demasiado alto por el olvido y que nadie "normal" está dispuesto a pagar, por eso debe ser que no supe responder a la última pregunta de arriba cuando hace años alguien me la hizo.

Hace ya demasiado tiempo, cuando andaba tratando de salvar el mundo, inscribiéndome en cada cosa de "voluntariado" que apareciera ante mi.Recuerdo que me inscribí en algo para ayudar a personas que tenían SIDA, tal vez era demasiado ingenua o demasiado estúpida para no saber valorar todas las cosas que sin darme cuenta aprendí en el breve tiempo que compartí con ellos. Aprendizajes que me ayudan a sacar la conclusión de hoy.

Personas que a pesar de que tenían la muerte de frente, inminente, dolorosa y solitaria. No recibían el olvido, el perdón y el apoyo de esas personas que se decían familiares, por el contrario, el mayor dolor que recibían no era a causa de su enfermedad, del destino que les esperaba: Era gracias al rechazo de esos seres que se decían "queridos". Ahora, muchos años después me pregunto cuantos de ellos llegarán al funeral y el entierro de esos seres solitarios, llorando y diciendo palabras que estas personas hubieran dado el último aliento de sus vidas por escuchar... Pero supongo, que para que esto sucediera tenían primero que morir, o tal vez eso nunca llego.

Otro punto curioso de la muerte, es que una de las últimas conversaciones que recuerdo que tuve con ella fue en la que ella me manifestaba sus deseos de morir, que llegar a viejo era lo peor que por qué Dios no se la llevaba de una buena vez. Yo me hacía la indignada y le decía que por eso Dios la iba a castigar y le iba a dar un montón de años más de vida. Meses después cuando la enfermedad Terminal se la llevaba de nuestro lado, me sorprende que manifestara su deseo de vivir. Es raro eso, cuando tienes vida quieres morir pero cuando la muerte llega quieres vivir.