martes, febrero 27, 2007

The same old… Story

En el colegio siempre fui la más pequeñita de mis compañeras –edad, etc.- la que más se acercaba a mi edad me llevaba casi dos años. Hay etapas en las que esas diferencias de edades crea un abismo entre las personas, yo siempre estuve dos –o muchas- etapas mas atrasada, creo que eso potenció el “sentirme diferente” y mi enorme curiosidad por tratar de entender lo que era diferente a mi.

No tengo ni la menor idea por qué, pero curiosamente me elegían como “desahogo sentimental”, me gustaba escuchar sus rollos porque satisfacía mi enorme curiosidad por esas etapas que personalmente no me interesaban –de momento- experimentar, el tratar de entenderlas, etc. Con el tiempo aprendí a identificar “patrones”, y claro, de “paño de lágrimas” pasé a ser prácticamente “consejera matrimonial”, es raro cómo terminé aconsejando a personas que perfectamente me podían llevar 10 años sobre cosas que sinceramente sólo podía imaginarme. Hace mucho que deje de dar consejos (propiamente como tales).

Siempre me ha gustado escuchar a las personas con sus rollos, es mi forma de entenderlas, aprender de ellas, satisfacer mi todavía infinita curiosidad.

Historias...últimamente he descubierto en mí una verdadera apatía a determinados relatos sentimentales: Cuando siempre se centran en x persona.

Cada quién tiene su estilo: hay unos que optan por el drama [muchas veces con lagrimas incluidas], hay otros que aliñan sus relatos con una buena dosis de humor negro para mantener entretenida a la audiencia, otros que te cuentan de su ultimo descalabro amoroso como quien lee las noticias y otros resumen todo en un par de palabras (fulanito y yo terminamos). Me gusta cuando los relatos son variados –en el sujeto-, hay personas que cada vez que me las encuentro tienen un nuevo drama sentimental, es curioso el poder “observar” patrones de conducta y alguna fijación en determinado tipo de personas.

Mi apatía viene cuando me encuentro con el tipo de personas que siempre hablan de la misma persona, una y otra y otra vez…Mi cerebro tiende en ponerse en piloto automático, mi boca se llena de “ajas, ya veo” y el nunca bien ponderado “eso ya me lo contaste”, incluso tiendo a terminar sus relatos en onda “hasta de memoria me lo sé”. Pero no, las indirectas/directas/mandadasadecir nunca funcionan con estos individuos, te hablan del(la) fulan@ por 10a vez para darte un nuevo dato, que es precisamente cuando ese dato ya no me interesa, cuando hasta termino odiando al(la) sujet@ del relato por el simple hecho de existir xD.

Me considero una persona bastante paciente, diplomática, conciente del hecho de que las personas se desahogan de esta manera, el relatar a medio millón de historias sobre una persona determinada les ayuda a “superarlas”, o simplemente están obsesionados con… Pero en más de una ocasión me he visto en la obligación –todo sea por mi salud mental- de decirles: “si es para contarme sobre fulan@ mejor ni me llames, me aburrí”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No termino de acostumbrarme de escribir en espacio reducidos como este.

Pero bueno, lo que comentas te acerca mucho a una cuestión puramente del dualismo de lo "lógico e ilógico". Me explico:

El ser humano, en definiciones puramente simples, podría versele como un ser que busca la diferencia, o que imagina la diferencia.

Regularmente, podremos más facilmente recordarnos de personas o accionares que rompen con la regularidad esperada de el comportamiento TIPO que hemos observado.

De ahí, de mi comentario anterior, podríamos facílmente deducir una hipotesis de el porque "idealizamos" a personas o situaciones que, en algún momento, nos parecieron "diferentes": queremos mantener en el tiempo ese caracter o sensación.

Por eso se produce, muchisimas veces, cosas tan humanas como la "decepción", "el desamor", el cambiar de parecer, etc. Porque, y es una cosa dificil de aceptar, rara vez observamos el mundo con la mayor cantidad de datos que el mismo mundo nos indica.

Preferimos elegir ciertos datos y adornar los faltantes, ya sea porque queremos mantener una ilusión, o porque nos hacemos tan cortos que no lo tomamos en consideración para armar nuestra forma de ver el mundo.

La gran mayoría del mundo es, y será por mucho tiempo, super predecible.

Por esa misma cuestión, para manipular al mundo uno debe ser predecible.

Es un tema que hemos comentado en un par de ocasiones.

Ahora, comparto muchas ideas que has comentado acá, como puede ser que, a mi parecer, efectivamente una persona tiende a relatar muchas veces algo, no solo para superarlo, sino como en una especia de terapia para reordenar y, fantasticamente, cambiar su pasado.

Si te has dado real cuenta, cuando una persona relata, por ejemplo, sobre un mismo tema como que una pareja lo ha "pateado"; su historia, en cada nueva oportunidad, variará un poquito -solo un poquito- de la vez anterior. Es una maniobra para cambiar el pasado, y poder afrontar el porvenir.

Una mentira útil.

Por lo mismo, al contrario de ti, me encanta escuchar y ser la oreja de la misma historia de siempre. Porque no es la misma historía, solo cambian detalles de la misma, que posibilitan que el individuo quede conforme con su accionar actual.

Lástima que, al aplicarlo yo, no me ha resultado ni un carajo. Mi excesiva conciencia me lo ha impedido, pienso finalmente. Y, el tomar la mayor cantidad de datos...

Saludos.