miércoles, mayo 04, 2005

Esta caleidoscópica existencia.

El vivir, y sentir que vuelas hacia el infinito de la mano de quien amas…Es desear que ese segundo de magia sea para siempre, es expresarlo todo en un abrazo, una caricia, una sonrisa, un “te quiero” o por medio del más elocuente de los silencios. Es a veces respirar y sentir tanta paz en tu pecho que pareciese escaparse por medio de cada poro de tu cuerpo y te sientes afortunado, porque crees haber alcanzado la felicidad.-

La felicidad, que a veces parece ser tan escurridiza como querer atrapar el aire con tus manos. Un rompecabezas formado por millones de pequeñísimos momentos llenos de risas, cariño, recuerdos que siempre evocaras con nostalgia y una sonrisa dibujada en los labios.

La paz, que no siempre significa que nuestra vida se encuentre tranquila y serena. Es el sentir que a pesar del caos y las crisis existenciales de turno, al final todo saldrá bien, que “al final todo pasa”.

Uno de mis mejores amigos tiene de nick en su msn “Es sólo cuestión de actitud…no tener nada y sentir tenerlo todo”. No puedo expresar todo lo que esa simple frase me hace sentir. Pero el sentimiento que más prevalece es “la envidia”, que defino como envidia “sana”, o sea aquella que te hace admirar, no aquella que te hace “repeler, o odiar” a la persona. Siempre he envidiado a las personas que sienten eso, y en mi vida he conocido tantas. A veces me gustaría simplemente relajarme como ellas. Supongo que me dejo atrapar por la sociedad y su mundo competitivo, la que te impulsa a ser cada vez mas, conseguir cada vez más cosas, donde un cargo, un salario un status lo es todo. Y observo de lejos aquellas personas “desafortunadas” que no tienen nada, pero que lo tienen todo.

Cada minuto de mi existencia me sorprendo de cada matiz, cada giro, cada sensación y color que se presentan en cada minuto. Como puedes pasar del “sentirte inmensamente feliz” a el tener el corazón apretujado y un nudo en la garganta. Pero he aprendido a valorar cada sensación, incluso los colores grises y tenebrosos que se encuentran en mi “calidoscopio” y todas esas lagrimas. He aprendido a no temerle a los segundos de felicidad y simplemente disfrutarlos con la esperanza de que aparezca una nueva sonrisa en mi vida.

La vida es un ciclo y casi todo lo que existe en ella es pasajero, y las personas que hoy amo con locura un buen día ya no estarán a mi lado. Una vez que estas conciente de ello, te relajas y disfrutas de tu calidoscopio, porque una de las mejores formas de amar es cuando sientes que cada segundo es un regalo, porque hay libertad, esa posibilidad de marcharse pero sin embargo esa persona decide regalarte un segundo más.

Andrómeda.

3 comentarios:

Rodrigo Valdés dijo...

Wow, tremendo temazo!...

Es muy cierto que la vida es cíclica, yo siempre sugiero encapsular los momentos felices y tomarlos como si fueran una gragea a la hora de andar "bajados"...

Lo de la actitud y todo ello, mmm, no es que te dejes atrapar por la sociedad, lamentablemente la vida es un torbellino donde mucho o poco, ese torbellino te arrastra, pero quedar al márgen de ese desenfrenado ritmo resulta al menos complex, sobre todo con el correr de los años donde uno se va poniendo, dicen, mas maduro...

Un abrazo Andrómeda ;)

Anónimo dijo...

Holas!

Es raro eso, desde mi perspectiva. Osea, yo también he pasado por momentos en que he deseado que sean para siempre... un momento que dure una eternidad.

Sobre esa frase: "es solo cuestión de actitud... no tener nada, y sentir tenerlo todo". Me gusta. No se si te ha pasado, creo que a muchos nos ha ocurrido una situación donde "sentimos" que si hacemos algo X, pasará Y. ¿Te ha ocurrido?, es sublime esa sensación. Que es como la frase esa. Saber que haces X y pasará Y, pero no la haces!!!.

Es super rara. Esto se da mucho más cuando uno se enfrenta a una situación que considera "similar" en muchas caracteristicas, y en un minuto lográ comprender que la situación actual es tan similar... como una especie de dejà vú inmenso. Que "siente" que si hace X cosa, pasa Y. Pero simplemente con ese "sentimiento" se llena. Y no interviene en el mundo, y esa situación X, se desvanece.

Son fantasias. Tales como esa frase, que mencionaste que te gusto. Fantasias que simplemente incorporamos. Tal como podemos incorporar la fantasia de una "ley de murphy", o la fantasia de "sentirse perdedor", o la fantasia de sentirse un objeto, separado del mundo.

El tiempo, y la materia. Y nuestras ansias de "sentir el mundo" dentro de nuestro cuerpo, que olvidamos que si buscamos donde estamos dentro de esta corporalidad que hemos adquirido en este transcurso de la vida, no nos hallaremos. ¿Dondé estamos?... ¿Detrás de los ojos?; ¿En nuestro cerebro?; ¿En nuestra genitalidad?...

Los griegos fueron un pueblo sabio. Aceptaban la homosexualidad, disfrutaban de la euforia del vino, y dialogaban muchisimo. Tenian algunas fallas en su sistema social. Si. Y muchas. Pero de ellos se pueden rescatar muchas cosas. Ellos pensaban que lo que motivaba a la vida del hombre era el corazón. Tal como se conoce ahora: como un motor, que lleva a todas las partes del cuerpo la sangre con los nutrientes esenciales. Y que ese motor, también, creaba las tendencias a las cuales el hombre "sano" se entregaba en la vida.

Cuando uno de ellos moría, no preguntaban si esa persona fue un rey, un tipo humilde, o un gran mecenas de la sociedad. No revisaban el curriculum. Se paraban a los pies del difunto y se hacía una pregunta:

¿Este hombre vivío con pasión?

Es lo que veo en esa frase del comienzo: "No tener nada... y sentir, tenerlo todo"

Pasión.

Seremos muchisimos, los que al momento de nuestro deceso, no contemos con la aprovación de esos antiguos griegos, al preguntarsenos a nuestros "biografos":

¿Y, este hombre, tuvo pasión?.

B.

Anónimo dijo...

¡Hola, amiga Andromeda¡ Muy bueno tu artículo, te invito a visitar mi web-blog:
http://titogonzalez23.blogspot.com